Hoy
sentí que Karan nos decía a gritos con
su mirada “cuidame”.
Mi
hermana Cristina, mi amiga Aye, y muchas mujeres que son parte de mi caminar me han
regalado el privilegio de compartir mi
vida con niños y niñas.
Durante
el estudio de teología hice mis prácticas en dos comunidades, Castelar y
Florencio Varela, lugares donde aprendí, escuché, jugué, soñé y reí con los más
pequeños. Este año comencé a trabajar en el jardin del Colegio Ward,
compartiendo “educación cristiana” con los más gurisitos. Cada momento vivido
con los “preferidos de Jesús” (como dice una colega del colegio) es una
bendición para mi. Ellos con su frescura, su amor, sus sonrisas tienen el don
de transformar cualquier situación, por más compleja que sea en el mundo
adulto. Aveces solo basta una mirada, un guiño, una palabra con menos letras
para recordarme lo maravilloso que es vivir.
Hoy
pensé mucho en los más pequeños, no solo en los que conozco, sino en todos los
gurisitos, en sus juguetes, en sus deseos, en sus alegrías, sus tristezas, en
sus vidas.
Hoy la
realidad nos puso frente a frente con la vulnerabilidad de los niños.
Ibamos
camino a Tammun, un pueblo donde una familia habia sido atacada por los
soldados en los últimos días. Cuando nos detuvimos como cada mañana para tirar
la basura, Ghassan frenó el auto y se quedo escuchando la radio (el locutor
hablaba en árabe), luego nos tradujo al inglés que en la noticia reportaban un incidente ocurrido
durante la noche. Un grupo de colonos judíos había atacado a una familia en
Beitillu (un pueblo de 3000 habitantes cerca de Rammallah).
Hicimos
algunos llamados, y cambiamos los planes; nos dirigimos hacia la casa de esta
familia.
Al
llegar a la casa nos encontramos con algunos familiares, muchos niños del
barrio, algunos canales locales y
con Sinam, mamá de Karam, un bebé de 9
meses.
Ella nos
contó sobre lo ocurrido. Durante la madrugada, mientras dormían ellos junto al
papá Hossein, un grupo de colonos (que viven a un kilómetro del pueblo) habían
roto la ventana de la habitación y arrojado dentro dos granadas, un cóctel
molotov y gas lacrimógeno.
Entramos
a la habitación, estuvimos solo dos minutos ahí, mis ojos, mi nariz y mi boca
estaban irritados y no podía respirar. Necesité salir inmediatamente. Ya habían
pasado 9 horas, todas las puertas y ventanas estaban abiertas, y aún así el
olor y el efecto eran insoportables.
- Ni
bien ocurrió el hecho, ”el bebé parecía muerto” nos dijo. Hasta el momento no
habían recibido asistencia médica. El papá llamó inmediatamente a los vecinos,
quienes socorrieron a la familia y les dieron hospedaje durante la noche.
Hasta
aquí la historia resulta demasiado cruel, pero no fue suficiente para quienes
estaban en la otra vereda.
Con
aerosol pintaron sobre la pared un mensaje en hebreo que decía algo asi como
“Hola, los saludamos desde la prisión, en Duma”.
Hace
algunas semanas, (habrán leído, quienes siguen las noticias de Medio Oriente),
un grupo de colonos prendió fuego una casa en Duma, allí murió un bebé de poquitos meses. Luego del hecho, dos israelíes fueron
arrestados.
Según
los hechos, el plan de muerte continúa. El mensaje fue y sigue siendo claro.
-“Vivimos
con miedo, tememos por la vida de Karam” nos decía la mamá mientras abrazaba a
su pequeño bebé que nos miraba fijamente.
- “Esto
es normal” decía Mohammed, nuestro contacto local, en los últimos días han
sufrido ataques similares a lo largo y a lo ancho del pueblo. Los más afectados
han sido niños y jóvenes.
Karam y su mama |
Estuvimos
ahí, compartiendo el dolor, tomamos algunas fotos, anotamos todos los datos,
charlamos con algunos periodistas, saludamos a las mujeres de la familia, y nos
comprometimos a reportar lo ocurrido. Al volver viajamos rotos en silencio.
-”Si
ustedes se sienten así, imaginen como siente la mamá y el papá de ese bebé” nos
dijo Ghassan.
¿Y
ahora? ¿Ahora qué? ¿En qué lugar queda la presencia protectora a los niños y
las niñas? ¿Cómo sigue la vida esta familia? ¿Cómo dormirán esta noche?
¿Dormirán? ¿Cómo sentirán? ¿Qué pasa por la cabeza y el corazón de las personas
que planean estos ataques? ¿Hay lugar para sentir? ¿Qué valor tiene la vida en
este lugar? ¿Cómo continuará la vida de Karam y la de sus papás?
Aquí
estoy, esperando el milagro, ese milagro del nacimiento, de la vida, de la
libertad para crecer, para jugar, para ser niños y solo niños, el milagro que
ponga fin a esta situación injusta que cada día aprieta el pecho un poco más.
Ya casi
llega la Navidad, ya casi celebramos la vida del niño Jesús, ese que nació en
el pesebre, que vino a ofrecer la vida en plenitud.
Quiera
este pequeño gran nacimiento traer luz, justicia y esperanza a este lugar. Un
deseo fuerte de vida plena, una oracion color verde esperanza para Karam, para Sinam, para
Hossein.
Paula
Fogel – 22/12/2015
Yanoun –
Territorios Palestinos Ocupados
Gracias Pau por abrir un humbral de conciencia, ya que este tipo de información casi no llega. Mucha Luz para esta y todas las familias que se encuentran a la deriva en el oriente.
ResponderBorrarGracias Pau por abrir un humbral de conciencia, ya que este tipo de información casi no llega. Mucha Luz para esta y todas las familias que se encuentran a la deriva en el oriente.
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